martes, 26 de marzo de 2013

antes de todos, eres tú


Las cerdas del comercio  
Los ejecutivos de ventas, esos los malditos nupciales que llaman de escusas.
Con el dedo, el pulgar como medida  de sus intenciones, ellos buscan las mentiras más agradables, ellos miran atrás mientras se encorvan las penas mientras le aprieta de nervios el cuello de las camisas americanas.                                                                                             Ellos recuerdan las intenciones, no olvidan los rostros ellos piensan en el prójimo cuando se trata de ofertas, su trabajo es mejor cuando mejor mientan, se mueren de las ansias por rascarse el culo en tu cara por deshacerse del producto por odio al material chino, ese plástico encartonado de ambiciones. 
      Tu Dices: Vengo por la publicidad de la televisión.
Por aburrido de tu vida te levantaste del sillón a preguntar una estupidez en la cual caen muchos en la semana.
 Puedo ver la cara de preocupación inventada de ese falso pastor cayéndose en las ganas de ser el Dueño del centro comercial.
Pero sabes no os culpéis al jornalero si no a la cerda sociedad consumista.                                                                                                 No te rías del estúpido que le traen estilo los nombres en ingles de sus zapatillas  la que ligeramente significan soy un pendejo.                                                                                                                          No culpéis a la muñeca pintada como mona tras el mostrador,  a perdón es la encargada de los perfumes le conozco tiene el  pelo liso se pinta cargada mente  los ojos y tiene un culo tan parado que es imposible decir no.
Cuando caminéis en la avenida cúlpate a ti mismo, cuando intentes acerté el estúpido en el metro cúlpate a ti mismo que el único cerdo nupcial eres tu sacándote de la mala gana tu realidad y buscar tu propio paraíso plastificado.  

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