Las cerdas del comercio
Los
ejecutivos de ventas, esos los malditos nupciales que llaman de escusas.
Con el dedo,
el pulgar como medida de sus
intenciones, ellos buscan las mentiras más agradables, ellos miran atrás
mientras se encorvan las penas mientras le aprieta de nervios el cuello de las
camisas americanas. Ellos recuerdan las intenciones, no olvidan
los rostros ellos piensan en el prójimo cuando se trata de ofertas, su trabajo
es mejor cuando mejor mientan, se mueren de las ansias por rascarse el culo en
tu cara por deshacerse del producto por odio al material chino, ese plástico
encartonado de ambiciones.
–
Tu
Dices: Vengo por la publicidad de la televisión.
Por aburrido
de tu vida te levantaste del sillón a preguntar una estupidez en la cual caen
muchos en la semana.
Puedo ver la cara de preocupación inventada de
ese falso pastor cayéndose en las ganas de ser el Dueño del centro comercial.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario